La francofonía es un fenómeno lingüístico de gran importancia alrededor del mundo, por más que, culturalmente hablando, se le preste poca atención más allá de las fronteras de los propios países francoparlantes. En realidad, el francés es nada menos que la tercera lengua más utilizada del planeta en hablantes no nativos después del inglés y el español. Ha de tenerse en cuenta el más que considerable poder de Francia como potencia colonial entre el siglo XVIII y 1945, aproximadamente.

La expansión imperial de la Monarquía borbónica gala, del II Imperio de Napoleón el Menor, y de sus repúblicas a lo largo de la Historia, abarca territorios sumamente dispares y exóticos que van desde Norteamérica, (Louisiana, estadounidense, y Québec, canadiense, pero ambas todavía francófonas); Sudamérica y el Caribe (en que destaca Haití), hasta gran parte del África (en que fueron a la par con el desmesurado poderío colonial británico, del que fueron la gran adversaria y competidora) territorios en el Asia, fundamentalmente los de la Península Indochina: Vietnam, Laos, Camboya; y en el Oceanía, con la Polinesia. A ello hay que agregar que, con el previo derrocamiento de la potencia española en Europa (sobre todo con la Batalla de Rocroi de 1640), el francés queda como lengua de algunos territorios europeos ajenos a la propia Francia (como es el caso de Bélgica -Valonia y Bruselas-, Mónaco, o del cantón francófono de Suiza).

Además, hay que recalcar que, al igual que Gran Bretaña, el país de Rabelais, Racine y los Lumière es el único Estado que continúa conservando posesiones coloniales en la mayoría de continentes: pertenecen a la República Francesa, todavía hoy, las islas caribeñas de Guadalupe y Martinica, la Guayana francesa, situada en Sudamérica (con capital en Cayena y vecina de las otras dos Guayanas: Guyana (antigua Guayana británica) y Surinam (antaño holandesa); la isla de Reunión (en el extremo meridional de África, junto a la remota Madagascar), y el mencionado archipiélago polinesio.

En el habla francesa y sus múltiples dialectos locales (que llegan hasta variantes lingüísticas tan exóticas y fuertemente autóctonas como el criollo de Haití) se incluyen actualmente ¡63! Estados de todo el planeta. El francés es un idioma hablado por más de 200 millones de personas en todo el mundo. Se puede decir que es la segunda lengua en importancia en Europa después del alemán, así como la lengua de África junto con el inglés (y que incluso sobrepuja a este en número de hablantes), pues es oficial en países del Magreb: Argelia, Marruecos y Túnez, amén de en países saharianos como Chad o Mauritania, hasta multitud de países subsaharianos tales como Camerún, Benín, Costa de Marfil, Senegal, Burkina Faso, los dos Congos, Guinea-Conakry, etc.

La importancia del francés en diferentes ámbitos

 

La francofonía adopta múltiples caras según las zonas geográficas en que decididamente se asienta:

  • En Luisiana y Québec, el francés reafirma la identidad cultural propia, como un rasgo esencial del que los habitantes de estas zonas se sienten particularmente orgullosos.
  • En Europa, es una lengua internacional de peso.
  • En África, es la lengua de acceso a la modernidad y a la educación oficial y académica, así como a los negocios y el mundo profesional de cierto nivel social.

Además, y por si fuera poco, el francés es, junto con el inglés, la única lengua que se habla en países de los cinco continentes. Es uno de los dos idiomas oficiales del Comité Olímpico Internacional, el único idioma universal de los servicios postales, es una de las dos lenguas de trabajo de la ONU, y, como ya hemos dicho, es la principal lengua del continente africano.

A muchos les puede parecer que esta lengua es cosa del pasado, pues la hegemonía internacional francesa hace mucho tiempo que fue destronada por las impetuosas corrientes de la Historia. Pero nada más lejos de la realidad: la francofonía continúa siendo una realidad de futuro merced a sus más de 200 millones de hablantes. Así, no debemos pasar por alto la lengua francesa, sobre todo en determinados aspectos ya que este idioma común es compartido por una inmensa mayoría de personas repartidas por los cinco continentes.

 

Las curiosidades más interesantes del francés

 

Regresando a la actualidad, el francés se considera el lenguaje del amor, de la sensualidad. Por poner un ejemplo, es muy utilizado para las campañas de publicidad de perfumes y ciertos artículos de lujo que invocan el amor. El cine también fue un precursor del francés, considerado una de las corrientes más importantes.

Una tercera parte del léxico del inglés proviene de la lengua francesa. No se trataba del francés tal y como hoy lo conocemos, pero la Invasión Normanda acabó con cerca del 80% del léxico anglosajón. Sin embargo, a día de hoy, la gran mayoría de las palabras más usuales del inglés son, precisamente, sajonas. De hecho, el francés fue leído y escuchado en Gran Bretaña en asuntos formales y el sistema jurídico inglés hasta 1733.

La palabra barato no existe en francés. En su lugar se usan equivalentes como “pas cher”  (no caro) o “bon marché” (buen precio). Esto ocurre, normalmente, cuando se traduce literalmente, por lo que, para evitar este tipo de cosas, se debe interpretar como ocurre con el resto de idiomas.

En francés, las desgracias que le ocurren a uno, tienen la culpa uno mismo. Por ejemplo, si tienes la mala suerte de que te roben, los franceses dirán “que te has hecho robar”. Se trata de una forma semántica en la construcción del lenguaje en la que parece ser que el responsable de las cosas malas que te suceden eres tú.

Como podrás comprobar el francés sigue muy vivo entre la población mundial y siendo uno de los idiomas más importantes. Se sitúa como segundo idioma en el ranking de los más estudiados y, por toda la historia que conlleva, debemos prestarle especial atención.